¡Qué suerte ser mayor! Qué suerte es vivir y poder contarlo! ¡Y qué gran suerte es sentirse, por fin, orgulloso de ello! El mundo gira, aunque a muchos les cueste siglos reconocerlo.
Hace poco vi manifestarse a miles de personas contra la nueva ley del matrimonio homosexual, familias enteras desfilando con sus hijos. Los hijos... Sentí gran dolor por ellos, niños que, como me sucedió, no saben el significado de las palabras gay o lesbiana, niños cuya heterosexualidad se da por supuesta, pero que, créanme, no está asegurada al 100%.
Me duele pensar en esos posibles niños homosexuales, en todo el sufrimiento que pasarán por la falta de tolerancia, y espero que cuando les llegue la adolescencia les reciba una sociedad más preparada que la que me tocó vivir a mí.
Me duele también el sufrimiento de sus padres, cuando vean que no tienen razón, que haciendo las cosas bien, ha salido todo mal. Entonces les llegará el conocimiento y verán cómo las cosas son mucho más sencillas, que, al final, todo es simplemente una cuestión de amor y respeto: amor por los seres queridos y respeto a cómo dirigen sus vidas.
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Este es un tema que a mí me inspira mucho respeto, por favor comentar con el mismo respeto....gracias