miércoles, 29 de octubre de 2008

Soy homosexual y, al fin, estoy orgulloso


En mis 33 años, no he pasado un mes de mi vida sin oír un maricón seguido de cerca por mi nombre. En una época ni siquiera sabía lo que eso significaba, y aun así, lo escuchaba. Y tanto lo he escuchado que ya ni me duele.


¡Qué suerte ser mayor! Qué suerte es vivir y poder contarlo! ¡Y qué gran suerte es sentirse, por fin, orgulloso de ello! El mundo gira, aunque a muchos les cueste siglos reconocerlo.


Hace poco vi manifestarse a miles de personas contra la nueva ley del matrimonio homosexual, familias enteras desfilando con sus hijos. Los hijos... Sentí gran dolor por ellos, niños que, como me sucedió, no saben el significado de las palabras gay o lesbiana, niños cuya heterosexualidad se da por supuesta, pero que, créanme, no está asegurada al 100%.


Me duele pensar en esos posibles niños homosexuales, en todo el sufrimiento que pasarán por la falta de tolerancia, y espero que cuando les llegue la adolescencia les reciba una sociedad más preparada que la que me tocó vivir a mí.


Me duele también el sufrimiento de sus padres, cuando vean que no tienen razón, que haciendo las cosas bien, ha salido todo mal. Entonces les llegará el conocimiento y verán cómo las cosas son mucho más sencillas, que, al final, todo es simplemente una cuestión de amor y respeto: amor por los seres queridos y respeto a cómo dirigen sus vidas.

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Este es un tema que a mí me inspira mucho respeto, por favor comentar con el mismo respeto....gracias