dejemos la pusilanimidad para otra vez
en que merezcamos el lujo de ser débiles.
Ha llegado la hora del valor
y de hacer de la fuerza un sacramento.
Digamos las cosas por su nombre
y veamos de frente, sin ambages,
a los ojos de los ojos,
qué somos la una para el otro,
qué somos los dos, qué somos,
¿dos partes de la nada?
¿Un entero sin todo?
¿Un todo en dos pedazos?
¿La nada en un entero?
Qué somos. Qué somos.
Hagamos del valor una muralla
y disparemos las letras sin que nos falle el pulso.
Antes también éramos nada
y antes de antes sólo éramos todo.
Que no nos espante lo que somos
ni nos haga temblar lo que un día fuimos
flavio hugo
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Este es un tema que a mí me inspira mucho respeto, por favor comentar con el mismo respeto....gracias