La vida de un chico gay, en cualquier parte del mundo puede ser complicada, pero ¿No somos nosotros mismos los que nos la complicamos?
Ya, con excepción de muchos Países Latinoamericanos, acá en los Estados Unidos de América esto de ser gay no es tanto royo. Yo se que a nivel familiar y de trabajo todavía hay gente homofóbica, pero también hay que darse a respetar. El que te cuestione lo haces en la cama, o te insinué algo, pregúntale qué hace él con su mujer en la cama. Y cuando te diga no te importa, dile tú lo mismo.
Pero a lo que voy, no es para hablarles sobre nuestra contraparte heterosexual, quiero hablarles de nosotros mismos. Qué muco nos complicamos la vida la gente gay. Nuestras relaciones sobre todo. Se ha puesto de moda, aunque por muchos años se ha hecho, ahora es que más se escucha abiertamente sobre el tema, las parejas que tienen relaciones abiertas. ¿No es ya suficientemente complicado llevar una relación como para agregar terceros? Hasta ahora, no he conocido una pareja que lleve una relación abierta que no haya tenido los más grandes problemas a consecuencia de esta elección.
No digo que esto sea malo, lo menos que quiero es juzgar, cada pareja debe escoger lo que funcione para ellos. Pero hay que estar bien claros en las reglas de un juego tan peligroso como este para que funcione. Si las reglas no están bien claras, o hay duda de parte de alguno de los integrantes, “¡¡¡HEEELLLOOO!!!” no se metan.
Las parejas gay, tendemos a ser extremistas, o nos encerramos con nuestras parejas como si el resto del mundo no existiese, ya sea por miedo a que alguien se interponga en nuestra relación, o queremos ser los más liberales. Y repito, lo que funciona para una pareja no funciona para la otra necesariamente. ¿Pero, qué es lo que nos pasa en el ambiente gay? ¿No confiamos en nuestros hermanos gay? Sinceramente, no, no confiamos.
Mi compañero actual, fue criado por una madre lesbiana, por lo cual esto de ser gay no fue nunca una situación de peso, y él me cuenta, que cuando la madre se enteró que era gay, y conoció a su primera pareja, él tendría como 18 años en ese entonces, lo primero que le dijo la madre fue lo siguiente: “Los hombres gay, por lo general son muy envidiosos y egoístas con sus amigos, todos quieren tenerte para siempre, a la que consigas pareja, los amigos solteros van a tratar de separarte, pues han perdido a su cómplice y amigo de calle” también le dijo, “También vas a encontrarte con los “buitres”en las barras, que van a querer estar contigo o tu pareja, y harán lo imposible por meterse en el medio”
Yo se que no todos somos iguales, y hay tanta gente gay buena y sana como locos y pervertidos, la vida es así también en el mundo heterosexual. Pero que mucho de verdad tuvieron estas palabras. Estoy seguro que la mayoría hemos pasado por situaciones similares. Yo creo que la mayoría de los hombres gay, queremos tener pareja, el problema es que para muchos, es tenerla a toda costa y cueste lo que cueste. En mi opinión, estamos pagando las consecuencias de un modo histórico. La vida gay, por su naturaleza no aceptada, siempre se dio a escondidas, en lugares secretos, y el llevar una relación a vista de todos era muy difícil. Muchos amigos me hablan de algún tío o familiar gay que vivía sólo, siempre acababan viejos y viviendo con la madre o la hermana.
Pero señores, los tiempos han cambiado. No tenemos que seguir los parámetros de relación de nuestra contraparte heterosexual, ni tampoco meternos en un closet para atender a nuestras madres cuando sean viejas. Somos diferentes y eso hay que aceptarlo, no tenemos hijos, somos dos machos o dos hembras juntas en vez de un hombre y una mujer, que tienen hijos y una vida social de apariencias y límites sociales. Pero tampoco tenemos que padecer o llevar nuestras relaciones los extremos.
Las decisiones y reglas que tengamos en cada relación tienen que ser pensadas y aceptadas de corazón por cada persona dentro de la relación. Si te dan celos y tienes valores o morales que te impiden aceptar que tu pareja juegue fuera de tu cama, hazlo claro. Si no pagarás las consecuencias. Igual, si quieres que tu relación no tenga exclusividad sexual, hazlo claro desde el principio. Lo importante es que ambos en la pareja estén claros en lo que quieren, confíen el uno en el otro, y sobre todo no se mientan. A menos que una de sus reglas sea, “Don’t ask, don’t tell” (No preguntes, no digas).
El mundo gay está en plena evolución, nuestros roles y naturaleza están en un estado de crecimiento, aceptación, experimentación social, personal y de pareja. Por lo tanto, es normal que surjan todo tipo de opiniones sobre como queremos definir nuestras relaciones homosexuales. Para cada individuo y pareja, esto va a ser diferente. Pero como comunidad andamos buscando un nicho, unos parámetros que hagan funcionar mejor nuestras relaciones.
Conclusión: sea cual sea tu predilección, valores, o ideas sobe una pareja gay, siempre busca ser sincero contigo mismo. No por que esté de moda te va a ser feliz. Hay todo tipo de gente en la calle, cuidado con quién te metes, sobre todo a formalizar una relación. Y si realmente quieres una, no te compliques la vida. Busca la verdad en tu corazón, y en tus órganos sexuales, sobre lo que realmente quieres, no te mientas ni le mientas a tu pareja. Ten cuidado con los buitres, pero haz un voto de confianza con tu pareja, para que vivan tranquilos de que ninguno va a permitir que otro se meta en el medio. Y por último, si son de experimentar, hacer drogas, tener sexo con terceros, estén claros y seguros que “cuando se abre la llave, comienza a correr el agua.” Hablen y prevean posibles problemas antes de que sucedan, por si llegan, estén seguros que entre ustedes hay un lazo tan fuerte y poderoso, que ni la navaja venenosa de un soltero desesperado y malicioso pueda cortar el vínculo de amor y paz que tanto les ha costado a ustedes crear.
Amor es paz y es lucha, y es verdad y sexo, y es poder. Aprende a usarlo inteligentemente y haz de tu vida el mejor de los cuentos.